Por Raúl Gorrín.- Una empresa en la que sean frecuentes el ausentismo laboral, los accidentes de trabajadores, la rotación de personal, el presentismo, es una institución con una mala salud organizacional.
Y esta situación, señores, se reflejan en altos costos que
afectan los presupuestos que deberían estar destinados a producción y
motivación laboral, por ejemplo.
Se estima que el costo del ausentismo y el presentismo
laboral ya alcanzan cifras espeluznantes en todo el mundo. Hablamos de pérdida
económica, no solamente para las empresas sino para la sociedad en general.
Igualmente, los accidentes laborales, aparte del costo
económico, generan otro que es mucho más conmovedor, el de familias donde un
miembro o cabeza de la misma que muere o resulta mutilado y condenado a la
minusvalidez y discapacidad. Este es un costo incuantificable.
La salud organizacional es un asunto vital, primordial, para
todas las empresas y emprendimientos. Tiene que ver con seguridad, pero también
con comunicación y permeabilidad entre las distintas partes de la estructura de
la empresa o emprendimiento.
La mala comunicación afecta profundamente el clima laboral e
impide el entendimiento. A la final esto se refleja en resultados negativos para
la organización.
La mala salud organizacional tiene efectos en lo económico y
en lo social y, de no tratarse a tiempo y debidamente, deviene en patologías
que pueden afectar severamente la estabilidad empresarial.
Y ni hablar cómo afecta esto a la productividad y la
rentabilidad de las organizaciones.
Pero la salud organizacional puede verse afectada por el
estrés y la depresión cuyos niveles son cada vez más alarmantes en el seno de
las empresas y emprendimientos.
Factores como la sobrecarga laboral, mal reparto de tareas, ausencia
de políticas de conciliación, horarios excesivos, salario insuficiente, mal
ambiente laboral, y un largo etcétera conducen a la conformación de una
organización triste, infeliz.
Los directivos empresariales no han entendido en su
totalidad que invertir en salud organizacional es invertir en más productividad
y más rentabilidad. Un empleado feliz es un trabajador dispuesto a producir y a
dar la milla extra para que se cumplan los objetivos y metas de la
organización.
Otra inversión importante es la que deben hacer las empresas
en especialistas que se encarguen de trabajar estos aspectos en el seno de las
organizaciones. La psicología organizacional es una disciplina que tiene mucho
que aportar en pro de la salud organizacional y sus profesionales deben formar
parte del área de recursos humanos y de planificación institucional.
El éxito empresarial será el resultado de una buena política
de salud organizacional.
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