Por Raúl Gorrín.- Siguiendo en nuestro ciclo de entregas sobre el plan de negocios, nos referiremos hoy a la empresa, ese organismo al que usted pretende darle vida para incorporarla al mercado.
Debe tener sumamente claro quién es usted y qué planea
hacer.
Tener una respuesta precisa a estas interrogantes es de
vital importancia. Esto permitirá conocer qué quiere y las razones que lo
llevan a empezar su negocio, qué lo diferencia del resto, cuáles son sus
ventajas sobre el resto y porqué apostar por usted y su negocio es la mejor
elección.
Igualmente permitirá poner en blanco y negro los principios,
ideales y filosofía de su negocio, lo cual redundará en la construcción de su
identidad corporativa.
En esta etapa usted deberá contemplar aspectos como los
siguientes: Estructura de su negocio; fecha de establecimiento del negocio; naturaleza
del negocio; industria a la que pertenece su negocio; visión, misión y valores
del negocio; antecedentes e historia del negocio; objetivos a corto y largo
plazo del negocio; equipo que conforma el negocio.
Ahora veamos algunos detalles de lo anterior.
Estructura de tu negocio.
Aquí deberá indicar si se trata de una organización de propietario
único (unipersonal); o sociedad colectiva, es decir, dos o más personas constituyen
el negocio, para lo cual invierten bien en dinero, propiedades físicas y/o
habilidades entretanto son impactados directamente por las ganancias o pérdidas
de la empresa; o sociedad corporativa, que es la estructura que permite a los potenciales
accionistas invertir dinero y/o propiedades a cambio de capital social; o sociedad
de responsabilidad limitada, un tipo de estructura de empresa compuesta de
miembros que al mismo figuran como propietarios.
Visión, misión y valores de la empresa.
En esta sección, el emprendedor comienza a adquirir
consciencia acerca de las razones que lo llevan a crear el negocio. Y es que
aquí le toca definir lo que espera lograr y los valores que representa. Le
aclaramos que esta será una sección que constantemente irá actualizando de
acuerdo a la experiencia que vaya adquiriendo.
Lo importante es que tenga claro cuáles son sus valores, lo
cual significa establecer cómo le gustaría llevar a cabo sus negocios, tomando
en cuenta los distintos elementos que conforman su empresa: propietario(s), empleados,
proveedores, clientes e inversionistas.
Esto le facilitará conceptualizar su misión que no es otra
cosa que el objetivo o propósito de la organización a crear, su convicción
sobre ella. Le corresponderá indicar el propósito que persigue al establecer el
negocio de forma convincente en una sola oración.
Entretanto, la visión anticipa los que su negocio será o en
lo que se quiere convertir. Debe ser inspiradora, esperanzadora, reflejar
compromiso y también asombro.
Respecto a los objetivos de la empresa a corto y largo
plazo, estos vienen siendo el cómo llevar a cabo su organización, ya definida
en los pasos anteriores tanto en qué es y para qué la quiere.
Aquí le toca explicar cómo va a hacer realidad su empresa
definida en su misión, visión y valores.
Los objetivos deben ser específicos, medibles, accionables,
realistas, y definidos en el tiempo.
La diferencia entre objetivo y meta es que las segundas
tienden a ser cualitativas, mientras los primeros, son cuantitativos.
En lo atinente a los lapsos, nos referimos al tiempo en que
se desarrollan las actividades comerciales, las cuales pueden ser a corto plazo
(9 a 12 meses); a largo plazo (1 a 5 años).
Cuando le toque hablar del equipo demostrará que sabe lo que
está haciendo, hacia dónde quiere ir, al tiempo de demostrar su talento y
experiencia en la materia objeto de su negocio. Aquí debe incluir los miembros
clave de su organización y su salario. También
debe contemplar cualquier proveedor externo de servicios profesionales que
consultes, tales como contadores y abogados. Puede incluir los cargos que tiene
contemplado contratar en el futuro cercano.
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