sábado, 29 de abril de 2017

Clasificación de las empresas según su magnitud





Por Raúl Gorrín.- En entrega anterior conversamos sobre la clasificación de las empresas y nos referimos a la actividad y al capital. Hoy haremos mención a la forma como las organizaciones se clasifican según su magnitud o tamaño.

Así tenemos que las empresas pueden ser pequeñas, medianas o grandes, aunque por lo general se suele diferenciar entre grandes empresas y pequeñas y medianas empresas o pymes.

Cuando hablamos de pequeñas organizaciones tenemos, en primer lugar las pequeñas empresas, cuyo capital, ingresos y número de trabajadores es reducido, siendo que en ellas no trabajan más de 20 personas.

Luego tenemos las microempresas, que son las organizaciones con un capital, número de trabajadores e ingresos en cuantías personales. No tienen más de 10 empleados.

Las famiempresas son aquellas en que la familia es el motor del negocio.

Otro tipo de clasificación empresarial es según su forma jurídica, la cual se hace de acuerdo a quién es titular de la organización y la responsabilidad legal que tienen sus propietarios.

Así tenemos las empresas individuales que son las constituidas por una sola persona que responde ante terceros con sus bienes con responsabilidad ilimitada o hasta el monto aportado para la empresa. Existen empresas individuales de responsabilidad limitada.

Luego tenemos las cooperativas y organizaciones de economía social entre las que se encuentran las sociedades o empresas societarias, conformadas por varias personas. Se trata de empresas de sociedad colectiva y de responsabilidad limitada. Están las sociedades anónimas, las  sociedades comanditarias y sociedades de acciones simplificada. 

Otra manera de clasificar las empresas es según su ámbito estatal, las cuales pueden ser:

Nacionales: Cuando llevan a cabo su actividad en un solo país.

Multinacionales: Cuando desarrollan actividades en varios países al mismo tiempo. Estas suelen ser empresas de gran tamaño.

Regionales: Cuando llevan su acción en una sola región.

Locales: Las empresas que se circunscriben a su propia localidad.

Del mismo modo, las empresas pueden ser conocidas como financieras, que vienen a ser las que se clasifican por el monto de su capital.

Están las organizaciones clasificadas de acuerdo al personal ocupado: Las pequeñas tienen menos de 250 empleados, las medianas entre 250 y mil empleados y las grandes tienen en su seno a más de mil trabajadores.

Por las ventas, las empresas se clasifican de acuerdo al monto de sus ventas en el mercado.

 Por último, también pueden clasificarse de acuerdo a la producción y atendiendo al grado de maquinización de los procesos de producción. 


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Ventajas y desventajas de los canales de distribución





Por Raúl Gorrín.- En nuestra serie de entregas sobre los canales de distribución hoy conversamos sobre las ventajas y desventajas de los mismos, al igual de su relación con los diferentes productos.
En primer lugar refirámonos a las ventajas del canal directo y señalemos la conexión directa que permiten al darse desde una cercanía entre el fabricante y el usuario.

Esto permite mayores márgenes de ganancia al no existir intermediarios que se lleve parte del beneficio.

Igualmente se debe señalar la agilidad, puesto que al intervenir elementos se puede brindar servicios con mayor eficiencia, eficacia y efectividad, a la par de con mayor inmediatez.

Además, para los usuarios es muy importante el contacto directo con el productor, algo que aprecia sobremanera.

Ahora bien, entre las desventajas del canal directo, tenemos, en primer lugar, la carencia de especialización, toda vez que el proceso de fabricación está completamente desligado de la distribución y comercialización. En este sentido, muchos estiman que el intermediario brinda un mejor servicio.

Otra desventaja tiene que ver con la infraestructura, toda vez que el fabricante carece de los dispositivos de infraestructura que faciliten una distribución óptima de los productos con la calidad que el cliente merece y exige.

Por otra parte, existe una limitación geográfica en virtud de que el ámbito de alcance para la venta física de los productos se circunscribe únicamente al lugar de producción.

Refirámonos ahora a las ventajas de los canales indirectos de distribución.

Tenemos, en primer término, el alcance, pues los intermediarios ofrecen una red de distribución a través de establecimientos propios o de franquicias, lo cual facilita la venta física de los productos en muchos más lugares.

Otra ventaja es el almacenaje, puesto que los mayoristas tienen la infraestructura adecuada para almacenar y distribuir los productos en función de la demanda. Un punto a favor frente al  fabricante quien requiere dar salida inmediata a la producción.

También se cuenta como ventaja la redistribución en vista de que más agentes económicos obtienen beneficio en el trayecto que recorre el producto del fabricante al usuario, al tiempo que se generan más puestos de trabajo.

Entre las desventajas de los canales de distribución indirectos tenemos la imagen, en virtud de que, por lo general, la presencia de intermediarios no es bien vista.

Del mismo modo tenemos la lentitud, pues al añadir más intermediarios a la cadena el proceso se hace más demorado.

Altamente significativa es la ventaja referida a la elevación de los costos que conlleva la presencia de intermediarios, mayoristas, minoristas.

A su vez se suma la contaminación, pues los procesos de distribución a gran distancia suponen transporte que contamina el medioambiente. En este punto los defensores del medioambiente son muy duros con los canales de distribución largos.

Otra desventaja de los canales indirectos de distribución tiene que ver con la confianza. Esto en razón de que en la medida que el producto se aleja de su punto origen, se incrementa la desconfianza del comprador en el vendedor a quien no logra identificar con precisión.


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viernes, 28 de abril de 2017

Design thinking: Herramienta para innovar





Por Raúl Gorrín.- En esta época para alcanzar el éxito es necesario ser creativo y montarse en el autobús de la innovación. Esta es la exigencia del mercado y si no se corre el riesgo de convertirse en fósil.

Afortunadamente, existen herramientas que facilitan el proceso de innovación, entre ellas el design thinking de gran utilidad para las organizaciones a la hora de diseñar soluciones, pues permite a las empresas obtener mejores resultados en su comercialización.

Con el design thinking se procura desarrollar la innovación ubicando en el centro a las personas quienes adquieren papel protagónico y principalísimo. 

El design thinking usa la sensibilidad del diseñador y su método de resolución de problemas para darle solución a las necesidades de las personas de una manera tecnológicamente posible al tiempo que sea viable comercialmente hablando.

Estamos, pues, en presencia de una herramienta, de una técnica, de una metodología que realza el diseño y pone en segundo plano el producto final. En el design thinking convergen distintos enfoques y se desarrolla a través de equipos multidisciplinarios. Hay que pensar como diseñador, ser creativos y establecer conexión con el consumidor.

En pocas palabras, el asunto aquí no es generar grandes campañas sino conectarse con los consumidores de manera significativa para ellos. 

Esto es lo importante, el nexo, la conexión emocional que se crea con el consumidor y la marca, es decir, se genera engagement, lealtad porque la empresa provoca en el cliente sentimientos y emociones en torno a la historia que le cuenta.

No se compra un producto únicamente porque gusta, sino por cómo se siente el cliente consigo mismo cuando lo usa. Es cuestión, pues, de crear experiencias y una emocionalidad.

Es imprescindible que todos en la empresa compartan la misma visión, los diseños deben ser el resultado de un ambiente en el que impera la colaboración.

Esta conexión debe ser duradera en el tiempo, no puede circunstancial porque si no, no funciona. 


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