martes, 28 de febrero de 2017

El patrimonio neto: Clave de las finanzas de la empresa



Por Raúl Gorrín.- Una información esencial para todo empresario es saber a ciencia cierta qué es lo que posee, de qué es dueño realmente, con qué cuenta y cuál será el legado que le dejará a las suyos. La contabilidad le permite hacer estos cálculos.

Conocer los movimientos contables le hará poner en perspectiva la situación económica de su negocio y sustentado en dicha información podrá tomar decisiones.

Hacer un balance que arroje información sobre el estado de una empresa de tal manera de establecer con claridad cuál es su patrimonio, depende de los datos que sobre los activos, el pasivo y el patrimonio neto de la empresa se posea.

Ahora veamos, cada uno de estos elementos:

El activo está constituido por los bienes y derechos de la organización y se divide en activo corriente y no corriente. El primero lo componen los inventarios, el efectivo disponible y las cuentas por cobrar e inversiones de menos de un año. El segundo son los materiales, herramientas, bienes intangibles, inversiones financieras e inversiones inmobiliarias permanentes de más de un año.

Entretanto, el pasivo, lo constituyen las fuentes de financiación externas de la organización, es decir las deudas y obligaciones. Se divide de igual forma que el activo, siendo que el pasivo corriente son las obligaciones con proveedores, los créditos bancarios, las obligaciones fiscales con vencimiento a menos de un año. El pasivo no corriente son los préstamos bancarios, las deudas, bonos y obligaciones con vencimiento superior a un año.

Por su parte, el patrimonio neto viene a ser el valor contable real de la empresa, el cual se establece al hacer la diferencia entre el pasivo y el activo.

Juntos, el patrimonio neto y pasivo, conforman los medios de financiación de la empresa, pero hay que advertir algunas diferencias sensibles, pues mientras el primero se refiere a la financiación interna, el segundo tiene que ver con la financiación externa. Además, el pasivo es exigible a una fecha de vencimiento y el patrimonio neto no lo es.

Para calcular el patrimonio neto hay que partir de la base de que el activo de la organización se consigue al sumar el pasivo y el patrimonio neto. Es el resultado de deducir el pasivo exigible del activo total, es decir, el patrimonio neto es igual al activo menos el pasivo.

El patrimonio neto o pasivo no exigible se compone de los fondos propios (capital de la empresa, las reservas y los resultados del ejercicio), los ajustes por cambio de valor (cambios en el valor de los activos) y las subvenciones, donaciones y legados recibidos (contribuciones entregadas por terceros).

El balance refleja la situación económica de la empresa en un determinado momento y en él se contempla toda la información que tiene que ver con el patrimonio de la empresa, su activo, pasivo y el patrimonio neto.


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