Por Raúl Gorrín.- Ya en una ocasión nos referimos al neuromarketing como una herramienta
caracterizada por la aplicación de las técnicas de la neurociencia al marketing
o mercadeo. Con ella se busca conocer y entender los niveles de atención que
las personas muestran ante diferentes estímulos. A partir de allí se explicará
el comportamiento de las personas de acuerdo a su actividad neuronal.
En el área de los negocios el neuromarketing procura la utilización de
las herramientas de la neurociencia para establecer las razones por las cuales los
consumidores compran un producto y no otro y responden a las ofertas del
mercado de diferente manera.
Con la aparición del neuromarketing se han transformado los métodos tradicionales de mercadeo,
al que hay que adicionar el mercadeo digital en el cual se habla de landing pages o páginas de aterrizaje,
SEO (posicionamiento en buscadores o Search
Engine Optimization), PPC (Pago por clic o Pay-Per-Click), optimización de conversión, y otra serie de términos
similares. El neuromarketing ofrece
una gama de descubrimientos sobre los clientes y su comportamiento.
El neuromarketing
para los negocios puede aplicarse en su organización siguiendo algunos consejos
que aquí le brindamos:
Primero, es preciso afectar a tantos
sentidos como sea posible, es decir, es necesario hacer la experiencia con el
cliente lo más sensorial posible de manera de lograr un mayor impacto en él. Esto
es vital pues los sentidos despiertan reacciones en el cerebro. Activar
correctamente los sentidos puede hacer más rápidas las ventas.
En segundo término, hay que lograr
respuestas emocionales, pues el cerebro se vale de las emociones para dar
respuesta a los eventos que enfrenta.
El cerebro medio o el sistema límbico es el
área del cerebro que se activa con el estímulo emocional y sensorial. Esta
parte del cerebro es la misma que se encarga de los sentidos primitivos, es
decir la que permite respirar, sentir hambre, sed o reaccionar ante el peligro.
La utilización de imágenes, historias y elementos similares propicia una potente
respuesta en el cerebro límbico.
Recuerde que ante la gran competencia y
oferta abundante, son las emociones de los clientes las que dirigen sus
impulsos de compra.
En tercer lugar, hay que enfocarse en
aliviar el dolor y promover el placer. Este es uno de los grandes
descubrimientos del neuromarketing,
el haber determinado que el dolor es más fuerte que el placer al momento de que
el consumidor realice una transacción.
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