Por
Raúl Gorrín.- La pequeña y la mediana empresa son
claves en la economía de cualquier país, ellas generan el mayor porcentaje de
empleos. Sin ellas muchas naciones estarían en un verdadero aprieto. Lo increíble
de todo, es que poco, casi nada, se hace por incentivarla y promover la
creación de nuevas PYMES.
El emprendimiento debe ser el consentido de
todo país que se precie de querer sacar adelante la economía y de fomentar el
bienestar de su población.
Es necesario cultivar la cultura del
emprendimiento desde los primeros años, despertar en el joven la inquietud por
sumarse a quienes con su esfuerzo pelean a brazo partido cada día por hacer
crecer las economías de los distintos países.
Pero, por lo general, se enseña al
individuo de manera tradicional y con la cultura de llegar a ser un empleado y
vivir de un salario.
Se trata de dos mentalidades totalmente
diferentes: la del empleado y a la del emprendedor, por lo que hay que trabajar
en cultivar en las personas las habilidades para crear su propio negocio.
Siete son las habilidades que distinguen a
un emprendedor, a saber:
La primera es el conocerse plenamente, que
la persona tenga conciencia de cuáles son sus dones natos y, por supuesto, sus
habilidades, bien en el orden físico como en el mental, emocional y espiritual.
Este conocimiento le permitirá al individuo emplear sus fortalezas de manera
provechosa, al tiempo que compensa sus debilidades. Quienes saben cómo son
toman buenas decisiones.
Luego tenemos la habilidad de comprender la
naturaleza humana para saber por qué las personas actúan de determinada manera.
Es decir, los individuos adquieren una capacidad de predecir las acciones que
se suceden en su entorno. Además se facilita el trato con distintos tipos de
personas.
La tercera habilidad es la comunicación,
pues es indispensable que las personas interactúen con otros y sepan cómo
relacionarse con ellos.
La cuarta habilidad es la de interconectarse
con los demás, algo vital para quien va a requerir entablar negocios con otros.
Crear conexiones será fundamental en el futuro financiero y para el éxito de
los emprendimientos.
En quinto lugar encontramos la habilidad de
comprender los principios que rigen una vida de éxito, lo cual contempla los
principios necesarios para coronar los negocios. Estos principios son: Trabajo,
enfoque, disciplina, perseverancia, determinación, educación independiente,
creatividad, valentía, confianza y fe.
La sexta habilidad es la identificar la
habilidad específica necesaria para tener éxito en un área determinada
Por último, la séptima habilidad es la educación
independiente, pues estudiar de por vida es clave para toda persona que quiera
alcanzar el éxito. Formarse es un proceso permanente y continuo para todo
emprendedor.
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