Por Raúl Gorrín.- Los avances tecnológicos cada día son
mayores y ponen a nuestra disposición diversos dispositivos con los que
conectarnos digitalmente. Ahora bien, en la medida en que aumente el número de
dichos dispositivos también se incrementa el riesgo de los ciberataques.
Las amenazas se extienden conforme se incrementan las
maneras de acceder a los entornos digitales. La ciberseguridad afronta cada vez
más retos. La vulnerabilidad está a la mano de los teléfonos inteligentes, los
dispositivos del Internet de las Cosas, las tabletas, las nubes.
Como puede verse ya el computador personal no es la única
preocupación.
Según los estudios, las tendencias en materia de
ciberseguridad apuntan, en primer lugar, a los dispositivos móviles, los cuales
cada vez están más en riesgo.
Se cree que uno de cada cinco trabajadores será el causante
—eso sí, involuntario— de que las corporaciones se encuentren en peligro por
ataques de malware móvil o de redes
WiFi maliciosas.
El reto de las empresas es lograr equilibrar la productividad,
la privacidad y la protección.
Se cree que en lo inmediato, habrá que estar prevenidos pues
el riesgo de ataques rondará en torno a cualquier dispositivo a través del cual
las personas estén conectadas.
La tecnología industrial, la operativa y las de información,
están en la mira de los ciberatacantes.
Así que los sistemas de protección tendrán que extenderse
masivamente.
No hay que perder de vista las nubes en las que las
organizaciones almacenan cada vez más datos y lo hacen a través de plataformas
híbridas en las que crean puertas traseras por las que los hackers pueden
acceder a estas y a otros sistemas de las empresas.
Se advierte también sobre el crecimiento de los ataques de ransomware, que son programas
informáticos malintencionados que restringe el acceso a determinadas partes o
archivos del sistema infectado. Estos afectan a centros de datos de las nubes.
Las infraestructuras son críticas y muy vulnerables por
cuanto fueron construidas antes de que el malware
se constituyera como un peligro real.
Hay que estar preparados y al pendiente de los sistemas de
las organizaciones para poder detectar a tiempo las vulnerabilidades.
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