Por Raúl Gorrín.- No es cantaleta, es una realidad, las
mujeres se las ven más negras en el mercado laboral.
No la tienen fácil las féminas que deben trabajar y al mismo
tiempo atender a su familia, ahí el asunto se complica aún más.
El trato es definitivamente desigual y ni hablar de las
políticas salariales.
Por ello, un número significativo de mujeres sacrifica su
crecimiento y desarrollo profesional en aras de su familia.
Esto es una constante en casi todos los países.
Cuando vienen los hijos al seno familiar, las mujeres
terminan optando por dejar el trabajo para dedicarle tiempo a los críos, no por
falta de deseos de seguir laborando, sino por las pocas alternativas de
conciliación laboral que se le ofrecen.
Ante esta situación, en muchos países han comenzado a operar
iniciativas destinadas a tratar de remediar este problema que efectivamente
afecta a un buen porcentaje de la población activa de las naciones.
Estas iniciativas apuntan a la solicitud de una reducción de
la jornada laboral cuando llega la maternidad.
Los problemas surgen generalmente por la falta de
legislación de los Estados en la materia y por la ausencia de políticas al
respecto en las empresas y emprendimientos.
También suma al problema el hecho de que son muy pocos los
hombres que consideran que la conciliación laboral es un asunto que les
compete. Para la mayoría de los caballeros este es un asunto de mujeres y
punto.
Pero las mujeres han comenzado a dar la batalla y se niegan
a renunciar a sus trabajos por el hecho de ser madres y exigen soluciones al
respecto que pasan, obligatoriamente, por la conciliación laboral.
Y es que aparte de tener responsabilidades en sus centros de
trabajo, sobre los hombros de las
mujeres se ha depositado la obligación de hacer frente a las tareas
doméstico-familiares. Y en esto no importa que sean ellas, por ejemplo, quienes
más aporten al presupuesto familiar, eso para los hombres resulta irrelevante.
Es muy bajo el porcentaje de hombres que suma sus esfuerzos
en este sentido y decide asumir o por lo menos compartir la responsabilidad de
las tareas del hogar.
Para mejorar la conciliación laboral las organizaciones pueden
promover la implantación de medidas de conciliación tanto para hombres como
para mujeres.
Entre las medidas que pueden ponerse en práctica está el
teletrabajo, que permite el laborar desde la casa.
Igualmente el establecimiento de horarios flexibles que
reduzcan los retrasos y el ausentismo laboral, al tiempo que incrementa la
motivación.
La reducción de jornada puede ser de mucha ayuda para las
madres hasta que el niño cumple 6 años.
La reducción de la jornada implica una
reducción del salario.
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