Por Raúl Gorrín.- Comencemos por definir que la ansiedad es
una respuesta anticipada e involuntaria que tiene el organismo ante los
estímulos, sean estos externos o internos, los cuales pueden ser desde
pensamientos, ideas, imágenes, entre otros, que se consideran amenazantes y/o
peligrosos. Esta respuesta se hace acompañar de un sentimiento desagradable o por
la somatización de la tensión que la persona siente.
La ansiedad surge cuando la persona se siente en peligro por
causas reales o imaginarias.
En tiempos de tanto ajetreo, en los que la vertiginosidad de
los acontecimientos apenas le da para el descanso, se hace muy difícil manejar
el estrés y todas las emociones y sensaciones que este causa.
La cuestión se complica aún más cuando a alguien le
corresponde, no solamente lidiar con sus propias emociones, estrés y ansiedad,
sino que también tiene que intentar manejar lo sienten los integrantes del
equipo de trabajo que comanda.
Pero cuando toca, pues toca.
Esto forma parte de las funciones que debe asumir quien toma
la dirección de un grupo en el seno de una organización. Simplemente es su
responsabilidad y debe y tiene que hacerlo si no quiere que su gestión se
convierta en un desastre al no poder controlar la situación y el estrés entre
los integrantes de su equipo.
Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Cómo ayudar a las personas que
conforman su equipo a manejar sus sentimientos de estrés, su ansiedad o su
agotamiento?
Una manera es centrarse en el crecimiento y desarrollo su
personal, trabajar con ellos, valiéndose de las herramientas que la ciencia y
las distintas disciplinas ponen a nuestra disposición.
El mindfulness,
por ejemplo, es una de estas herramientas, como también lo es el entrenamiento
de resiliencia.
Propicie entre los integrantes de su equipo la disciplina
del ejercicio físico, tal como el caminar o trotar, el ir al gimnasio.
El caminar en grupos es una excelente actividad de
renovación.
Eso sí, tiene que flexibilizar el horario de trabajo,
implementar medidas como el trabajar por objetivos en lugar de amarrar a su
personal al reloj. Maneje los tiempos para que la gente pueda trabajar con
facilidad y a un ritmo manejable.
Promueva las pausas en el trabajo para dar oportunidad a que
los integrantes del grupo se recuperen. Permita que su gente se desconecte
cuando no esté en su horario laboral, no los atosigue con llamadas o mensajes
que simplemente no son urgentes. Déjelos recuperarse del agotamiento diario.
Animar a su equipo a hacer bien en el trabajo y sentirse
bien con su labor, es la base de un equipo de alto rendimiento.
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