Por Raúl Gorrín.- Los estudios sostienen que las personas
con mayor índice de inteligencia emocional superan en un 70 por ciento a las
personas con inteligencia promedio en el trabajo.
Tal revelación demuestra que hace falta algo más que
agilidad mental, ciertos conocimientos básicos y cultura para salir adelante.
No hay dudas, la inteligencia emocional permite a las
personas destacar sobre el resto de quienes están a su alrededor. Existe una
conexión directa entre la inteligencia emocional y el éxito.
Y es que, definitivamente, la inteligencia emocional es
determinante para definir la manera cómo nos manejamos en la sociedad, en la
familia, el trabajo. Ella nos ofrece herramientas para resolver los problemas,
los inconvenientes, las complejidades sociales.
En pocas palabras, a través de la inteligencia emocional
podemos tomar las decisiones adecuadas ante los problemas con resultados
positivos.
Para quien no puede o no está dispuesto a pagar lo que
cuestan las pruebas para medir la inteligencia emocional, hay algunas señales
que pueden servirle para saber cuándo se posee una baja IE y, por tanto,
evitarlas.
El primer indicativo de una baja inteligencia emocional lo
encontramos en la facilidad que las personas tienen para estresarse.
El ignorar las emociones tiende a causar tensión en las
personas. Ese “tragar grueso” respecto a lo que se siente, definitivamente no
es bueno. Cuerpo y mente se afectan con ello.
La inteligencia emocional ayuda al manejo adecuado del estrés,
pues permite identificar las situaciones que causan angustia y a enfrentarlas
adecuadamente y a tiempo.
Quienes no se valen de la inteligencia emocional recurren a otros
métodos que no son saludables para el manejo de la presión. Por tanto, estas
personas tienen más posibilidades de padecer ansiedad y depresión.
Otra señal de baja inteligencia emocional se refleja en la
poca capacidad para ser asertivo.
Quien posee IE puede balancear mejor sus emociones y estás
no lo extralimitan, ponen barreras para evitar el abuso.
La inteligencia emocional propicia buenos modales,
cordialidad y empatía, una combinación de elementos que facilita el manejo
correcto de los conflictos, pues pueden mantener la calma, controlar sus
emociones y resolver con cabeza fría.
No poder identificar lo que siente es también una señal de
baja inteligencia emocional. Quien conoce sus emociones puede entonces
controlarlas.
Algo que indica una baja inteligencia emocional es el
proceder a emitir rápidamente juicios, se apoyan únicamente en sus propias
posturas e ignoran lo que pueda contradecirlos. Discuten con vehemencia en
defensa de sus posiciones y no dan oportunidad al análisis concienzudo de la
situación para ver otras posibilidades de solución.
Las personas con baja inteligencia emocional guardan
rencores que se acumulan dentro de ellos causándoles agobio y malestar.
Del mismo modo, las personas emocionalmente inteligentes una
vez que han identificado sus errores, se alejan de ellos y tratan de evitarlos.
Los mantienen a distancia de manera consciente lo cual les recuerda la
enseñanza de no incurrir en ellos nuevamente.
Las personas con baja inteligencia emocional sienten que
nadie los entiende, se ofenden con facilidad y culpan a los demás de aquello
que los hace sentir mal.
Es posible el entrenamiento para lograr el control emocional
y repitiendo actitudes y acciones inteligentes. Esto permite ir borrando del
cerebro las respuestas negativas. Así, antes de siquiera pueda darse cuenta estará
respondiendo con más inteligencia emocional.
Visita también:
SÍGUEME..
No hay comentarios:
Publicar un comentario