jueves, 9 de febrero de 2017

Optimismo: visión que tenemos de nosotros mismos



Por Raúl Gorrín,- El optimismo es la expectativa que tenemos de que nos ocurrirán más cosas buenas que malas. En el lenguaje cotidiano, optimismo significa pensamiento positivo. El cual tiene connotaciones ilusorias y de ingenuidad, pero las investigaciones muestran que el pensamiento positivo tiene numerosos beneficios.

El optimismo ha sido estudiado ampliamente por expertos en psicología positiva, y lo asociamos con un mejor estado de ánimo, mayor satisfacción con la vida; éxito en la escuela, en el amor, en el trabajo y los deportes; buena salud; y una vida más larga. Asimismo, las personas que pensamos positivamente también somos menos propensas a experimentar accidentes traumáticos como infartos, accidentes cerebrovasculares, estrés, hipertensión etc.

Investigaciones realizadas sobre el tema nos revelan que el optimismo protege contra los efectos debilitantes de los eventos negativos. Nos muestran que una visión positiva se asocia con el bienestar físico, psicológico y social. Arrojan datos que evidencian que las ilusiones positivas son beneficiosas y muestran un marcado contraste con los argumentos teóricos desarrollados por los psicólogos tradicionales acerca de que el realismo y la precisión son los rasgos distintivos de la salud emocional como la felicidad, la alegría, el buen ánimo, buen humor e incluso el éxito.

De igual manera indican que los efectos que un evento tiene en nosotros no se debe únicamente al hecho mismo, sino a cómo lo percibimos e interpretamos. El pensamiento eficaz implica un replanteamiento positivo, así como las actitudes positivas pueden motivarnos a participar en una acción constructiva. Cuando  pensamos que nos ocurrirán cosas buenas, estamos propensos a que en realidad ocurrirán.

Estar entusiasmados nos permitirá tener confianza en nosotros mismos lo cual nos ayudará a hacer frente a la vida mucho mejor. Los optimistas tenemos menos problema en la vida, mientras que las personas con una actitud desesperada  pueden desarrollar  incluso hasta enfermedades crónicas. Existe menor riesgo de muerte en las personas que tenemos un mayor grado de optimismo, ya que no solemos sufrir de hipertensión o de un elevado estrés.

¿Qué parte del pesimismo o el optimismo heredamos? Esta respuesta no está todavía clara, pero sí se sabemos que diferentes acontecimientos en la infancia pueden influir en la forma de ser para el resto de nuestra vida. Por lo tanto el optimismo o el entusiasmo no es más que la visión que tenemos de nosotros mismos, nuestros rasgos físicos y psicológicos, cualidades y defectos y; por encima de todo, nuestra autoestima, componente principal del concepto de lo que somos.



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