(Raúl Gorrín) Ya sabemos lo que es la
inteligencia emocional y cómo el control de las emociones es determinante para
el éxito. Ahora veamos, en específico, cuáles son los beneficios que le brinda
a nuestra organización.
Está
demostrado de manera científica que la inteligencia emocional es decisiva pues
fomenta la positividad al permitir el control de nuestras percepciones y
emociones. Hemos visto que la racionalidad sola no basta para el éxito, debe ir
en mancuerna con la inteligencia emocional.
Las
emociones tienen un papel determinante en el liderazgo, ya lo hemos visto, pues
facilita el éxito a través del dominio de las emociones propias y la
comprensión de las de los demás.
Ser líder
no es lo mismo que ser dominante o mandamás, sino tener capacidad de
convencimiento de los otros para que se sumen a nuestra lucha por alcanzar los
objetivos y metas.
Se ha
determinado que la aptitud emocional es fundamental para el liderazgo, pues el
líder influye en el entorno, en los equipos de trabajo es agente propiciador
del cambio. Del control emocional del líder depende en gran medida que sus
equipos cumplan con las metas y objetivos y lleven a las organizaciones a la
optimización.
Le
inteligencia emocional mejora la comunicación y la percepción que los
individuos sienten sobre sí mismos. Quien tiene control emocional se siente
mejor persona, es más seguro, tiene mejor calidad de vida y es más feliz.
Igualmente,
la inteligencia emocional aumenta la motivación.
Con el
control emocional también mejoran las relaciones personales e interdepartamentales.
Raúl Gorrín.
Aumenta el
compromiso y las personas se identifican e implican con la empresa, se
involucran más en su trabajo, son más responsables y autónomas.
La
inteligencia emocional permite mejorar el clima laboral e incrementa la resiliencia
en las personas y, por ende, en la organización.
La
inteligencia emocional refuerza el carisma y el liderazgo.
Los
niveles de eficacia y eficiencia se incrementan en las personas y en los
equipos gracias al control emocional.
Del mismo
modo, con la inteligencia emocional se facilitan los procesos de cambio, la
optimización continua, se agilizan los procesos y, en consecuencia, mejora la
rentabilidad de la empresa. Raúl Gorrín.
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