Es preciso
desarrollar la logística en sus actividades.
Y no crea
que se trata de una necesidad propia de los últimos tiempos, no, es antigua y
tiene su base en el mundo militar. Se desarrolló esta herramienta para poder
abastecer a las tropas con todos sus requerimientos cuando estas debían
dirigirse a la guerra por largas jornadas.
Pero ya
concluida la II Guerra Mundial, la logística se extiende a otras actividades,
como la empresarial.
Con miras
a la apertura comercial que comienza a instituirse en el mundo entero, es menester
generar las condiciones empresariales y de infraestructura para ello.
En los
tiempos que corren es preciso cambiar la manera vertical como los gestores
administran las empresas en muchos casos.
Un error
que es fácilmente solucionable en la medida en que las empresas aprecien más la
logística.
De ello
depende alcanzar el éxito en el desarrollo y la incursión en el comercio
exterior.
Las
empresas tienen que centrar parte de sus objetivos y ventajas competitivas en
torno a su capacidad de gestión y operación logística, pues ésta interviene en
casi todas las etapas del ciclo de vida de los productos.
La
logística es esencial en los departamentos de compras, en la dirección de la
producción, en la gerencia comercial, por nombrar sólo algunas áreas.
Parte de
su tarea también será simplificar y mejorar al máximo los procesos de
aprovisionamiento de materias primas e insumos, de producción y de
distribución, todo con el objetivo de reducir los costos y los plazos de
entrega.
La
logística es básica y estratégica para toda empresa.
En el
siglo XXI la logística se caracteriza por la profesionalización extrema y por
tender a las cooperaciones múltiples, en las que la calidad y tiempo son
vitales para el éxito.
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