Por Raúl Gorrín. La resiliencia no es otra
cosa que la capacidad que tienen de los seres humanos para sobreponerse ante la
adversidad y los períodos de dolor emocional.
El
concepto de resiliencia, que se ha puesto en boga en los últimos tiempos, trata
de un tema espinoso desde un punto de vista positivo, puesto que hechos que
incluso pueden ser trágicos, es necesario enfrentarlos seguros de que los vamos
a superar. No importan las adversidades y las circunstancias por más penosas
que sean, a través de la resiliencia será posible continuar adelante.
Principalmente
a las personas para quienes es imposible o por lo menos difícil ver los
problemas como una oportunidad, la resiliencia les aporta herramientas para
convertir las desgracias en aprendizaje.
De esta
manera, las personas estarán prevenidas y protegidas contra la depresión y
otras enfermedades mentales. Del mismo modo, contribuye a mejorar la autoestima
y la productividad.
Algunos
estudios precisan que las personas resilientes están preparadas para llevar la
vida —con lo bueno y con lo malo— con buen humor y optimismo, lo que les
permite mantener la esperanza y la fe en las demás personas.
Otras
habilidades también pueden aprenderse y contribuyen a aumentar la capacidad de
resiliencia.
Entre
ellas tenemos:
- La regulación de las emociones que facilita la identificación de los sentimientos y facilita el controlarlos.
- El control de impulsos que ayuda a pensar calmada y cuidadosamente antes de actuar. La persona previene las consecuencias de sus actos y evalúa si vale la pena responder a agresiones o enojarse.
- Entre tanto, el optimismo que facilita al individuo buscar pruebas en la realidad de su valía y de que los problemas son posible superarlos y solucionarlos, pues no todo es tan catastrófico como en apariencia se ve.
- El análisis causal ayuda a la revisión concienzuda de los problemas con los cuales el hombre debe lidiar, puesto que permite ponderar todos los factores y perspectivas posibles para hallar varias maneras de solucionar los inconvenientes.
- La empatía ayuda a estar en contacto con las emociones para comprenderlas. De esta forma el hombre crea vínculos con los otros hombres.
- En el ámbito laboral, la resiliencia es utilizada para soportar ambientes hostiles o el stress.
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