Por Raúl Gorrín. El estrés laboral es uno
de los graves problemas que atraviesan las empresas en este momento. Todos, en algún
momento hemos sido víctimas del estrés, a tal extremo que tirar la toalla y
dejarlo todo definitivamente es la única opción que se nos viene a la mente. El
deseo es salir corriendo abandonarlo todo. Y es que cada día de labores parece
ser más agotador que el anterior exigiendo más y más de nuestras fuerzas.
El estrés
es una de las principales trabas para el logro de la productividad y el
rendimiento en estos tiempos modernos.
No se
agobie, esto le puede pasar a todo el mundo. Nadie escapa. Todos los seres
humanos somos susceptibles de ello.
El estrés
nos lleva a experimentar una gran tensión emocional o física en algún momento y
ante una circunstancia determinada, de tal manera que experimentamos ira,
frustración, miedo, incertidumbre y pérdida del control.
Se asocia
el estrés al trabajo extenuante y a una gran carga de trabajo. Y es que, por lo
general, estas son las causas que nos llevan a experimentar esta sensación en
el plano profesional. Y es que los niveles de exigencia son cada vez mayores.
El estrés
igualmente puede traer consigo depresión, fatiga, olvidos, disfunción sexual,
desgano, y falta de concentración, entre otras.
Pero,
¿cómo gestionar el estrés en el trabajo?
Lo primero
es planificar cada día de trabajo. Promedia tu capacidad productiva y fija
límites. Establezca un equilibrio y no pretenda hacer más de lo que en realidad
puede. Atienda un asunto a la vez, no intente hacerlo todo al mismo tiempo. Así
podrá ir resolviendo cada pendiente y avanzando.
Determine
cuáles son las causas del estrés que padece. Son muchas las fuentes. Analice y
determine cuál o cuáles son las que lo afectan a usted: Un compañero de
trabajo, la exigencia de algún proveedor, un informe que debe presentar, la
coordinación de su equipo de trabajo, por nombrar sólo algunos.
Cuando
haya identificado su fuente de estrés piense cuál es la mejor forma para
solucionar dicha situación. Si eliminarla es imposible, tal vez reconvertirla o
minimizarla sí es factible.
Equilíbrese,
no pierda la calma, respire profundo, evite la ira o cualquier emoción que sólo
contribuya a perturbarlo más. Relájese. Si se descontrola emocionalmente
entonces solo conseguirá bloquearse y no podrá visualizar las soluciones.
Es
imprescindible que se fije límites en el trabajo. Su vida no puede circunscribirse
únicamente a lo laboral. No traspase los bordes. No mezcle lo profesional con
lo personal. El ejercicio físico que puede ser una simple caminata, puede
ayudarlo a manejar y controlar el estrés.
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