Por Raúl Gorrín.- Al frente de todo proyecto marcha siempre
un buen líder que tiene la misión de catapultar su idea y hacer grande la
organización que fundó seguramente con mucho esfuerzo y dedicación.
Ser líder es saber lo que quiere y cómo se quiere.
El buen líder está seguro de sí mismo y tiene la habilidad
de enfocarse en el logro de sus objetivos y metas sin que nada ni nadie logre
sacarlo de su cauce ni distráelo de poder lograrlo.
El líder para poder influir en los demás, para convencer a
quienes están en su entorno, requiere de tener mucha claridad respecto a sí
mismo y tener control de sus emociones.
El buen líder debe conocerse profundamente, saber cuáles son
cualidades, habilidades y fortalezas, pero también sus debilidades. Esto le
permitirá proyectarse positivamente, tanto él como su marca y lograr
influenciar a los otros.
Aquí cuatro claves que pueden ayudarle a proyectar un
liderazgo más efectivo:
1. Debe saber cuáles son sus motivaciones.
Aparte de conocer lo que quiere y cómo lograrlo, es
fundamental que el buen líder sepa por qué quiere hacerlo. Determinar sus
motivaciones es un punto vital para lograr sus objetivos.
2. Alinee sus objetivos con sus motivaciones.
Proyecte acertadamente el por qué que lo impulsa, es decir,
sus motivaciones, su causa, las cuales deben estar alineadas con sus objetivos.
Esto le permitirá una mejor proyección hacia los demás.
3. Predique con el ejemplo.
Lo que se dice debe ser cónsono con lo que se hace. Pero,
además, debe proyectar pasión por lo que hace, estar dispuesto a ensuciarse las
manos para lograrlo, a colaborar con los demás y que estos sientan que usted
ama lo que hace y lo que pregona.
4. Empodere y delegue.
El líder efectivo no pretende dominarlo todo y hacerlo todo
él mismo. No. Para eso cuenta con un equipo en el que confía y al cual está
dispuesto a empoderar y delegar parte de sus funciones. El líder efectivo no le
teme al nuevo liderazgo, sino que más bien lo promueve.
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